Con motivo del lanzamiento del Instituto Europeo para las Artes y la Cultura Romaní (ERIAC), el 8 de junio nos encontramos en Berlín con Vicente Rodríguez. Original de Alfafar (Valencia), Vicente es una de las jóvenes promesas europeas del emprendimiento social y cultural: con sus proyectos RomaPop y Long way to Justice, en 2016 este Quijote millennial formó parte de la lista Forbes de los 30 personajes menores de 30 años más influyentes de Europa; destacando como el activista de mayor impacto en el ámbito de los derechos de las minorías, con un compromiso especial por la emancipación del pueblo gitano.
En tu trabajo como profesor en la Universidad de Washington, los últimos dos años los has dedicado a hacer una gira de conferencias por los Estados Unidos para promover un cambio de la representación de los gitanos y las gitanas en la cultura pop, especialmente en el mundo del cine y el cómic. ¿Cuáles han sido tus principales destinos?
Durante los últimos dos años he estado trabajando en lo que se llamaría lobby cultural. Aunque yo vengo del mundo de los derechos humanos y del activismo juvenil, siempre ha llamado mi atención la falta total de estructuras y mecanismos para la mejor representación del pueblo gitano dentro de la cultura popular, y particularmente, la cultura joven.
En 2015 funde RomaPop como parte de una fellowship de Open Society Foundations y viajé extensivamente por la geografía estadounidense, New York, Filadelfia, Boston, Miami, Washington DC, Austin, Albuquerque, L.A, San Francisco, Seattle, Minneapolis y algunas otras ciudades. Durante el último año, mis principales destinos han sido las convenciones de cómics y de cultura popular, como la del New York Comic Con, donde RomaPop desarrolló lo que podríamos llamar una estrategia de confrontación pública con autores y editores del mundo del cómic americano.
¿Qué tipo de cambios te gustaría ver?
El tipo de cambio que buscamos con RomaPop es el mismo que ha logrado la comunidad afroamericana y asiático-americana durante los últimos 40 años. Es decir, narrativas justas y propias que no nos exoticen ni victimicen. En los últimos años, Marvel Comics, por ejemplo, ha llevado a cabo una serie de políticas editoriales en defensa de la diversidad. Como resultado tenemos un Capitán America Afroamericano, un Spiderman Latino y un Hulk asiático; sin embargo, en nada se ha avanzado en relación al pueblo gitano: en el mundo del cómic y del sci-fi seguimos siendo representados como ladrones, brujas y bohemios; y generalmente existe un ataque brutal por parte de autores y editoriales a nuestro pueblo.